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23 jun 2012

UNA AGENCIA QUE NOS HONRA

Es cierto que, según nuestro Martí: “…Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz…” Pero hay episodios en la vida de los seres humanos que, sin proponérselo rozan esa felicidad.
Con motivo del 53o Aniversario de la Agencia de Noticias PRENSA LATINA, fundada por el Che el 16 de junio de 1959, fui invitado a participar en su celebración, donde me reencontré con otros tantos afortunados como yo que también vivieron aquellos inolvidables momentos. En esta oportunidad las risas y la alegría apagaron el posible llanto por los ausentes, pues cada uno de ellos y nosotros tendría un cachito de felicidad que compartir.
A lo largo de este relámpago memorístico les iré presentando las caricaturas realizadas allí a algunos de dichos protagonistas ya desaparecidos. Lamentablemente no están todos los que quisiera, otros bocetos fueron entregados personalmente y no guardo copias.
Sin embargo, mi  paso por la agencia fue fugaz, pues ingreso en septiembre de ese año y fui seleccionado para participar en la fundación del semanario PALANTE Y PALANTE en octubre de 1961; pero fueron los 25 meses más emocionantes de mi vida.
Y les cuento cómo ocurrieron los hechos: En aquellos días “otoñales” pensé que sería factible presentar un proyecto beneficioso tanto para la recién estrenada agencia noticiosa, como para mi--ya casado y con hijos--que veía afectados mis ingresos en lo económico como linotipista de EL MUNDO, diario en vías de agotamiento capitalista. A poco más de un año ocurriría la intervención del mismo.
Lo ofrecido por este humilde servidor era un proyecto de retratos a creyón y viñetas de atletas latinoamericanos para competir con los llamados “flanes” que de manera masiva los llamados Syndicates estadounidenses distribuían como royalties a la prensa con imágenes de ases del deporte profesional, fundamentalmente yanquis también.
Colateralmente yo había desarrollado esa especialidad gracias a las indicaciones del foto-reportero Pepe Agraz, a la sazón propietario de la revista FOTOS, quien me había publicado mis primeros dibujos.
El joven director argentino Jorge Ricardo Massetti me recibió personalmente en su despacho, pipa en ristre. Inspiraba respeto pero a la vez confianza, y la idea fue de inmediato respaldada por él, a tal punto que me subió la parada ofreciéndome la plaza de dibujante oficial, pues hasta ese momento  no contaban con ese servicio.
Así que de pronto me vi convertido, de free lancer en personal de plantilla. ¡Era  mi primer salario como periodista!
La actividad de la recién estrenada oficina era tan intensa y estimulante, que dejaron una huella muy profunda en un principiante ávido de conocimientos. Pasé a formar parte del staff de servicios Especiales dirigidos por otro argentino de gran prestigio: ¡Nada menos que Rodolfo Walsh! Allí lo mismo realizaba una ilustración, que un mapa de las bases militares yanquis en la Isla Vieques, la trayectoria de un peligroso ciclón, o un croquis del primer viaje al cosmos; y todo eso sin abandonar la serie deportiva que me había catapultado a la plaza. Incluso fui encargado de diseñar el Panorama Económico Latinoamericano, primera publicación periódica editada allí mismo en una pequeña máquina de impresión off-set.
Al tener acceso a esa tecnología, un pequeño grupo de entusiastas nos lanzamos a la idea de editar el boletín PRELA de consumo interno, donde di a conocer mi primer personaje humorístico, el pequeño “Prelito”.
Toda esta febril actividad la desarrollábamos sin bajar la guardia en momentos de intensa confrontación política y agresiones de todo tipo por parte de los Estados Unidos y sus mercenarios del patio. Podemos afirmar que, apenas terminaba la jornada laboral salíamos para las plantas de radio en el Wajay o  Cuatro Caminos para hacer la guardia miliciana hasta el amanecer del próximo día.
Los despachos de PRENSA LATINA eran entonces los únicos medios informativos internacionales con que contaba la recién estrenada Revolución asediada por todo tipo de injerencias imperialistas.
El ritmo era trepidante, pero no faltaba cualquier espacio para festejar fechas señaladas, y relajarnos con los encuentros musicales, donde las sesiones de jazz a cargo del multifacético saxofonista y periodista Leonardo Acosta, las delicias del maestro Ondina, o de Rosendo Ruiz, quien  incluso fue capaz de componer un himno de PRENSA LATINA.
Recuerdo que en solo tres ocasiones pisé el despacho del director. La primera vez, ya descrita el día que le ofrecí mis servicios personalmente a Masetti.
Las otras dos a petición de él mismo: El segundo encuentro ocurrió más o menos como sigue:
--Ché, Blanco, lo cité para presentarle a un compatriota acabado de llegar. Vino casi de incógnito a conocer de cerca la Revolución Cubana. Su nombre Oscar Conti.
Entre sorprendido y nervioso me adelanté para darle la mano a aquel señor grueso, y canoso que me radiografiaba tras sus espesos lentes.
--¿Acaso es usted el famoso  Oski?
Ahí mismo se rompió el hielo entre el  caricaturista estrella  de la revista argentina TIA VICENTA y el admirador bisoño, ante la mirada satisfecha del interlocutor. Mientras, Massetti interrumpe el diálogo para atender una llamada telefónica, pero antes  me dice:
--A partir de ahora te harás cargo de él. Enséñale La Habana, preséntale a tus colegas humoristas, en fin, llévalo a donde él desee.
Fue una de las tareas más placenteras cumplidas por mí. Lo llevé a la redacción de EL PITIRRE, única publicación donde se reunían los humoristas en ese momento, y a la revista BOHEMIA entre otros lugares de interés. De este recorrido sólo conservo la foto que Fresquito Fresquet me obsequió recientemente en Miami,  que publiqué en el trabajo "QuiéremeMucho” de este blog.
 Una vez que Oski se dio a conocer en el medio,  se fue independizando de mi tutela y terminó con una página semanal durante todo el año 1960 en la revista BOHEMIA, donde hizo yunta con el redactor Juan Ángel Cardi; el dibujante argentino pudo rememorar allí los éxitos obtenidos con anterioridad en su tierra natal, apoyado en los guiones de César Bruto.

La tercera ocasión en que el director de la agencia personalmente me indicó una tarea fue a comienzos de julio, pero de 1961, cuando me encomendó algo muy serio, como era acometer la tarea de adornar el edificio para las fiestas del 26 de Julio.
Les recuerdo que se trataba del inmueble de trece plantas donde radica aún el Ministerio de Salud Pública en 23 y N. La agencia entonces, ocupaba allí solamente el quinto piso.  Su voz me trajo de nuevo a la realidad.
--Confío en usted y le doy libertad de acción, aquí tiene.-- Y me puso en la mano un rollo de billetes.
La tarea resultó un gran reto para un simple aficionado, pues se trataba no sólo de adornar un edificio multifamiliar enorme, sino en el marco de la visita de Yuri Gagarin, el primer cosmonauta de la historia. Entre las acciones estuvo la confección de una gran bandera cubana en el propio local por las compañeras de la redacción convertidas en costureras ocasionales. El saludo ¡BIENVENIDO GAGARIN! debía distribuirse letra a letra en cada una de las ventanas por 19 enormes planchas de cartón tabla, mientras una guirnalda de bombillos multicolores bajaba como catarata de luces desde lo alto del edificio. La instalación terminaba con un modelo a escala del Vostok Soviético suspendido en el aire por un fleje en el vestíbulo del edificio, aprovechando un espacio de pocos metros cuadrados al lado del elevador que convertimos en diorama con luces y ambiente cósmico. Lamentablemente no guardo fotos del acontecimiento.
Tres meses después es que yo paso a otras funciones, y años más tarde Massetti desaparece convirtiéndose en leyenda. Será para siempre el Comandante Segundo del Che.
Los dos fueron, --son-- revolucionarios consecuentes, hombres de acción y de principios, pero también de cultura y periodismo. Solo así se entiende que el Uno, --es decir el Che--, se convirtiera en la reencarnación de  Martín Fierro, dejando su epopeya grabada para siempre en la Quebrada del Yuro; mientras que el Dos—Masetti-- se adelantaría para preparar las condiciones guerrilleras en la Argentina, y su misión  fuera bautizada    “Operación Sombra”, por tanto su jefe se convertía de hecho  en Don Segundo Sombra de la Guerrilla de Salta. Ambos cabalgan hoy sus respectivos Rocinantes hacia el alba de Nuestra América, como la soñó Martí.

LA PROFUNDIDAD DE POZO

Hace apenas unos días  exactamente el pasado 10 de mayo  falleció en nuestra capital, el periodista Alberto Pozo, acucioso investigador y especializado en el periodismo de opinión, nada menos que en el delicado, complejo, y cambiante espectro de nuestra economía.
Con todo el respeto que me siempre me mereció, pero también con el mismo cariño que nos prodigábamos, me tomé la libertad de titular esta semblanza “La profundidad de Pozo”. No me arrepiento del símil. Así lo recuerdo, y no de otra manera  desearía hacerlo, pues abordaba los temas con tal calado y mesura que aún están  vivos en mi memoria.
Pero dejemos que alguien más autorizado que yo: Su actual heredero en las páginas dedicadas a temas  económicos y financieros de la revista BOHEMIA, Ariel Terrero, nos lo describa en su reciente trabajo del 15 del pasado junio titulado “Cuentas Claras”.
“…Desde los años 60 defendió en esta revista, a la que entregó buena parte de su vida profesional, temas muy vigentes hoy, como el ahorro, la sustitución de importaciones, la calidad, y la cultura comercial. 
Con creatividad en los recursos periodísticos, y una humildad tan grande como su sabiduría, Pozo desplegó esa labor  al frente de Bohemia Económica y en la columna personal Criterios. También enjuició aristas del comercio, la gastronomía y los productos Hecho en Cuba en un popular espacio televisivo de la Revista de la Mañana, entre otros medios. (…) Una falla observada por Pozo hace 30 años --BOHEMIA, 30 de agosto de 1982—debilita todavía hoy cualquier intento de reordenar el comercio; la ausencia de un sistema de información orientado al consumidor, que lo guíe en un mercado ahora cambiante,  cada vez más complejo, y que aporte a las cadenas de tiendas elementos para conocer las necesidades reales de sus clientes. (…) Méritos le sobraban a este sereno polemista para recibir en 1999 la máxima distinción de los periodistas cubanos, el Premio José Martí por la obra de la vida…”
Mucho más podría agregarse a estas opiniones, pero preferiría regresar al presente:
En los últimos años, jubilado igual que yo del sector, pero no retirado de nuestra pasión periodística, coincidimos en un lindo proyecto auspiciado por la Unión de Periodistas de Cuba: El grupo asesor que aporta sus experiencias y conocimientos a las nuevas hornadas de comunicadores en los medios.
Tenemos un órgano de divulgación, el boletín LA ESPONJA, --juro que, aunque parezca humorístico, yo no tuve nada que ver con el bautizo--. Y a partir de hace unos tres  años aproximadamente, me encargaron las ilustraciones de una serie de viñetas históricas relacionadas con las nacionalidades que intervinieron en la formación del pueblo cubano, su autor era nada menos que Alberto Pozo.
Para mi el encargo de la UPEC constituía  un  honor y un privilegio. Compartir la sección con un coetáneo—así nos reconocíamos en el grupo—de tal envergadura.
Fueron entre doce y veinte caricaturas. (Las viñetas costumbristas en colores que acompañan este trabajo, son precisamente algunas de las ilustraciones que realizamos para esas últimas incursiones del investigador Albero Pozo en nuestras raíces históricas. Espero que sean de vuestro agrado.)
Lamentablemente en lo que va de este año 2012, su estado de salud interrumpió las entregas, por lo cual no me brindó la oportunidad de continuar colaborando con su apreciada saga, y de igual forma me informan de otros proyectos editoriales suyos.
Por todas estas razones, y muchos otros merecimientos obtenidos en su extensa y destacada carrera profesional, pero sobre todo por su humanismo, modestia y lealtad, el colega Alberto Pozo merece el respeto y la consideración de todo nuestro pueblo.

DETRÁS DE LA ANTORCHA (VII PARTE)

En esta nueva etapa de nuestro recorrido Detrás de la Antorcha, nos detenemos en el momento en que Cuba aparece como protagonista y no como simple comparsa en los Juegos Olímpicos, y fue precisamente en Tokío 1964, donde Enrique Figuerola, entró segundo en el hectómetro para vestirse de plata. Hasta esa fecha sólo contabilizamos esporádicos resultados como el que ensartó nuestro campeón de esgrima Rafael Font, y más tarde Pepe Barrientos en las pistas. Aquí vemos a nuestro bólido de ébano dos años antes captado por nuestro lápiz para uno de los primeros números de la revista L.P.V. fundada por el INDER en el otoño de 1961.
No sé si fue la visión humorística, o la casualidad, la que en ese mismo año, al entonces director del semanario PALANTE, Guillermo Santiesteban, se le ocurrió la  idea de enviar hipotéticamente a dos de sus periodistas como enviados casi-especiales a la cita de Tokío.
La tarea recayó en el compañero Alberto Yáñez y yo, sorprendidos por tamaña noticia de viajar…¡A…fuera!
Pero llegado el día señalado nos bajamos de la nube para subir a un imaginario Britania de Cubana de Aviación, con la ventaja de llegar virtualmente a la capital nipona pero en tiempo real y todo esto sin salir del Barrio Chino, donde radicaba la redacción en ese momento.
El imaginativo reportaje salió publicado en la Edición No. 50 (8-10.1964), y para que no quepan dudas, aquí reproducimos el encabezamiento del trabajo.

Por razones de espacio nos vemos obligados a seleccionar algunos de sus textos, tratando de destacar los aspectos esenciales:
La narración de Yáñez comienza así: “…Llegué tarde a Tokío, y cuando traté de ubicarme, todos los hoteles, moteles, similares, y conexos tenían a sus puertas el siguiente cartelito…”

Seguidamente el cronista ofrece cifras de participantes, entre ellos atletas, entrenadores, médicos, masajistas, árbitros, delegados, periodistas, turistas, geishas, samuráis y curiosos de los más variados pelajes, tratando de ocupar cualquier espacio vacío en una ciudad a tope y con un frío prematuro pero de espanto para un otoño típico del Celestial Imperio, y así lo describe el colega:
“...Aquí se está pendiente del estado del tiempo para saber si los eventos pudieran desarrollarse sin contratiempo, por todos lados se ven estos pronósticos…”

Seguí al colega para captar situaciones ilusorias con mi cámara distorsionadora de humor absurdo, pues había olvidado la Zenith soviética en una de las gavetas de mi cerebro y llegamos a la Villa Olímpica Femenina, separada de ojos curiosos por un muro de más de 5 metros de alto. Ni el mejor salto en garrocha podía sortear tamaño obstáculo. ¿Precaución? Tal vez, porque de sus muros colgaba un cartel muy explícito:

Yáñez aclara: “…Más difícil que saltar el muro es conseguir un asiento para los Juegos, pero un aficionado japonés consiguió entrar gracias a una carretilla cargada de yens. La bobería de 4,000,000 billetes, cuyo equivalente es…”


Pero más importante que estos efectos colaterales fue el palo periodístico que logramos desde el centro de prensa imaginario establecido en el PALANTE habanero. La noticia fue filtrada por testigos presenciales: “…Un miembro del equipo chileno no pudo pisar tierra japonesa. Quedó en el aire. A la mañana siguiente los diarios desplegaron la siguiente nota necrológica…”
 
 En aquellos momentos, sin saber aún el resultado de la prueba de los cien metros planos donde participaba Enrique Figuerola, terminamos la información con un pronóstico que se viene haciendo realidad desde entonces, y así lo sentenciaba el reportero fantasma:
“…Antes de comenzar las Olimpiadas ya se dio la primera medalla, la cual tenía la siguiente dedicatoria…”

Fue la única vez que participe como periodista en una Olimpiada, imaginándomela y sin salir de casa, posiblemente batiendo un record mundial de ubicación cerebral. Hoy la televisión me la pone en la sala de mi hogar, en directo, con pantalla ancha y en primera fila: Todavía hay quien dice que “Cualquier tiempo pasado fue mejor…”

22 jun 2012

DUELO EN LA MANIGUA

ACLARACIÓN: En correspondencia con el tratamiento literario-icónico de este trabajo hemos querido ilustrarlo con episodios afines ya publicados por la Editorial Pablo de la Torriente en el 2008, bajo el título de  "Historias Mambisas”. Para conformar ese libro fueron seleccionadas  las historietas “Rompecoco” por Tulio Raggi y Juan Padrón; “Voluntad Férrea” por Orestes Suárez; y “Emboscada Mambisa” por Francisco Blanco (padre e hijo). Además del retrato de su protagonista principal.

Hay pasajes de nuestra historia que por sus características se acercan más a la aventura que a la realidad, y de eso se trata en este suceso. Desde mi punto de vista “Duelo en la manigua”  puede escribirse como un argumento de cuento, de historieta, de guión cinematográfico, o de tele-play.
Si me lo permiten, mis amables vecinos, así se lo cuento:
MARCO HISTÓRICO: La acción  se desarrolla en el Departamento Oriental de Cuba a partir del alzamiento de Yara, en 1868, cuando la llama libertaria comienza a extenderse por gran parte del territorio.
PROTAGONISTA PRINCIPAL: José Guillermo Moncada, nacido en Santiago de Cuba el 25 de junio de 1841. Guillermón--como se le conoce generalmente--llegó a alcanzar los grados de Mayor General del Ejército Libertador, por su participación en las tres Guerras Independentistas del siglo XIX en Cuba.
Con dichos antecedentes comencemos la trama:
FEBRERO DE 1871: En un campamento mambí, rodeado de tupido bosque, el comandante Rustán, gravemente herido en la batalla anterior dicta una carta al Estado Mayor desde su hamaca: “… --Guillermón, el más valiente de mis capitanes, es bueno, bravo, y se puede contar con él…”
Más adelante, junto al designado, lee la copia frente a la formación:
--Y por todas esas razones lo nombro interinamente al mando del regimiento.
A tres meses exactos de asumir el cargo, en un lugar conocido por unos como Palenque y por otros Peladero, el nuevo jefe se dirige a sus subordinados:
---Mis valientes, es hora ya de darles un escarmiento a esos traidores de Santa Catalina del Guaso…”
Seguidamente se oyen los comentarios en las filas:
--No son cubanos, son asesinos a sueldo de la Metrópoli.
--Y su jefe, Miguel Pérez es un tránsfuga provocador que se las da de guapo.
Moncada agrega:
--Es cierto, hasta ahora han abusado de los lugareños, quemado plantaciones,  y matado a muchos guajiros indefensos, pero les ha llegado la hora. Vamos a prepararles una batida en los próximos días.
El lugar escogido por el bisoño oficial está bastante cerca de Mayarí Arriba, y en el ascenso por los empinados senderos de la Sierra, la vanguardia ve cierto cartel clavado a un árbol y alerta a su jefe, quien responde:
--Arránquelo y léalo en alta voz para que los que no sepan leer se enteren.
El indicado cumple la orden:
“…Guillermón Moncada, donde quiera que se encuentre: Mambí, no está lejos el día en que pueda sobre el campo de la lucha bañado con tu sangre, izar la bandera española sobre las trizas de la bandera cubana. Firmado: Miguel Pérez Céspedes…”
--Bien, --contesta Guillermón—vamos a responderle en el mismo árbol que él escogió. Escriba, asistente:
Al abandonar el lugar, sobre la áspera superficie del tronco un cartel señalaba:
“…Por dicha para mí, se aproxima la hora en que mediremos nuestras armas. No me jacto de nada, pero le prometo que mi brazo de negro, y mi corazón de cubano, tienen fe en la victoria. Y siento que un hermano extraviado me brinde la triste oportunidad de quitarle el filo a mi machete, mas, porque Cuba sea libre hasta el mismo mal es bien…”
La respuesta del recio combatiente no tardó en hacerse realidad cerca de Mayarí Arriba, cuando localizan a la partida enemiga en un claro del monte.
--Vamos a rodearlos para que no puedan salir del cerco. --Ordena el jefe mambí, y al poco rato, a su grito de:
 --¡Adelante mis valientes!-- Comenzaron los disparos.
La batalla fue sangrienta y duró alrededor de cinco horas. Hombres y bestias bañados en sudor y sangre, se confundían entre la pólvora y los machetazos.
Ante el empuje mambí cedían los traidores, y de pronto  un centinela advierte: -----¡Comandante, allá al fondo!... ¡Se nos va Miguel Pérez!
Como un resorte varios jinetes se lanzan tras el renegado, y al rato es rodeado por los mambises que, enfebrecidos por el combate y la cobardía del jefe enemigo, tratan de ajusticiarlo. En ese momento, a sus espaldas un grito apasionado los paraliza:
--¡ALTO! ¡QUE NADIE ME LO TOQUE!
Era el jefe Guillermón Moncada, que una vez ante el fugitivo y con voz más calmada le susurra:
--Vamos a ver si es usted tan bragado como decía.-Y ustedes, --dirigiéndose a sus hombres-,-- ¡Qué nadie se meta!
Con la misma, se hace un ruedo, y ambos rivales a camisa quitada se enfrentan en un duelo sin precedentes en la manigua cubana.
EL final lo cuenta una de aquellos testigos presenciales, el mensajero mambí enviado al Estado Mayor, cuando informa del hecho al General Máximo Gómez:
--El traidor Pérez era valiente, impetuoso en el combate; pero Guillermón, sereno, fue asestando golpes efectivos con su afilado machete hasta que lo dejó mortalmente herido. Aquí le envía las insignias y el arma del renegado, que había sembrado el terror en los campos guantanameros.
Ese mismo año se le impusieron a Mocada las estrellas de Teniente Coronel y las de Coronel en 1873. Combatió en Camagüey junto a Máximo Gómez, quien se expresó así de él:
Este Guillermón vale mucho, además de muy valiente, tiene dotes de mando y gran habilidad estratégica (…) si no lo matan, llegará muy lejos…”

Y así fue. Guillermón Moncada termina la campaña del 68 como Jefe de la Brigada de Mayarí. En la Protesta de Baraguá, formó filas con Maceo. Durante la Guerra Chiquita Calixto García lo ascendió a Mayor General, al final de la contienda escapó de Cuba pero fue capturado en alta mar, por lo que cumplió condena en cárceles españolas, y más tarde también en Cuba.
Como consecuencias de la insalubridad en prisión, adquirió la tuberculosis que padeció hasta sus últimos días, pero eso no fue obstáculo para que estuviera entre los primeros alzados del 24 de febrero de 1895.
Su última gran hazaña fue establecer su campamento en Mayarí para facilitarle el paso a Martí, Maceo, y Máximo Gómez desde Playitas en Guantánamo hasta el  firme de la Sierra.
A tres meses del Grito de Baire, en la noche del 5 de abril, en medio de la manigua redentora, y en una humilde hamaca guerrillera, falleció el General de las Tres Guerras.
Tanto el bullicioso estadio Guillermón Moncada, sede de las combativas avispas santiagueras de nuestra pelota; como el Cuartel Moncada –cuna del 26 de Julio—, y antes Cuartel Reina Mercedes, donde guardó prisión y adquirió la tisis que lo llevó a la tumba; son--entre otras muchas instituciones y obras revolucionarias-–testigos vivientes de su valentía, entrega, y patriotismo.
Por último damos crédito al colega Pedro Antonio García, de cuyo artículo “Guillermón Moncada: El mambí que levantó a Oriente”, publicado en la revista BOHEMIA el 26 de marzo del 2010, hemos realizado esta versión libre que esperamos haya sido de vuestro agrado.

EN POCAS PALABRAS

A JUGAR LIMPIO
He aquí una nueva propuesta que pongo a consideración de mis atentos vecinos. Se trata de caricaturas de actualidad política que pierden su eficacia en la dinámica de la vida actual; pues tienen vida limitada y se me estaban quedando en el tintero. Por tanto aquí van en tiempo real y espero por vuestras opiniones. Sólo se debe perder el tiempo con quienes estén dispuestos a perderlo con uno. Así que espero por ustedes. Gracias.

En la Cumbre Río +20, que sesionará en dicha ciudad brasileña hasta el 22 de junio, se debatirá un nuevo engendro publicitario con llamativos colores y utópicas promesas: La Economía Verde, que no contempla ni la integridad regional, ni el desarrollo sustentable. Un nuevo caramelito envuelto en papel celofán sólo para incautos, que cuando lo prueben se van a poner verdes de verdad.

Lo que abordamos como propuesta de Río +20 es una jugada más del capitalismo salvaje globalizado por las transnacionales que han convertido al mundo en un enorme casino, donde pase lo que pase, el único que pierde es el contribuyente. El banco --perdón,--los bancos siempre ganan.

La higiene es imprescindible para la salud humana, y una ducha a tiempo es lo más aconsejable. Pero hay baños y baños. Nos referiremos en este caso a los que, no ya se bañan, sino que se forran con la bolsa de dinero ajeno. Es ese uno por ciento que lo ha hecho a costillas del 99% restante. Éstos comenzaron ocupando la Bolsa de Nueva York, y se han extendido por el resto de los balnearios del mundo.







A propósito de ruletas, juegos de azar--prohibidos o no--terminamos con esta doble imagen que es mucho más seria, aunque quieran ocultar sus resultados. 
Son dos jugadas maestras en el ajedrez del subdesarrollo: La Operación Milagro, y el programa Yo si Puedo, que no tienen nada de juego, y se complementan de tal manera que la una no es nada sin la otra. ¡Eso sí se llama juego limpio! (¡FREE PLAY! English Spoken!).



FECHAS Y FACHAS

A continuación les ofrecemos un breve muestrario de efemérides que celebramos en este mes de junio. Espero que les guste, y de paso que los papás, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, reciban un especial abrazo de este que también gustoso se autoflagela: Su cordial vecino BLANQUITO.






7 jun 2012

EL DIA DE LOS PADRES

El próximo día 17 de junio se celebrará el Día de los Padres en Cuba, y eso me trae a la mente que hace exactamente un año, ese domingo coincidió con mi regreso a la patria. En aquella ocasión fui invitado por primera vez a  los Estados Unidos para celebrar el primer cumpleaños de mi primera nietecita  Miranda.
Soy un octogenario cubano, a mucha honra. Muchos de mis familiares y amigos han quedado en el camino. Mi libreta de teléfonos  cada día está más triste, flaca, y vacía.
Todo esto viene a relucir porque desde que llegué aquel domingo festivo del 2011, a pesar de las nuevas tecnologías y el bombardeo sistemático de los medios informativos; familiares, vecinos, y hasta colegas de la prensa, me preguntan. --¿Cómo es eso por allá?
Trataré de ser lo más concreto posible:
En primer lugar Miami no es La Habana, y mucho menos Cuba. Por su  gracia y jacarandosidad, más parecido tenemos con Cayo Hueso.
Allá: Si no tienes carro climatizado estas frito: Primero, por las distancias; segundo, la premura en todo; y sobre todo, el calor incluso en primavera ardiente como la que me tocó a mi.
Como soy jubilado, es decir veterano de a pie, me quedo con lo mío. Es que la Florida tiene la misma temperatura nuestra; pero yo puedo salir de la Esquina de Tejas y llegar caminando al refrescante Malecón habanero bajo la sombra de los portales de Monte hasta el parque de la Fraternidad, y de ahí bajar por todo el Prado. También pudiera hacerlo desde los Cuatro Caminos, por Belascoain hasta el Parque Maceo.
Del  Malecón no abundaremos porque  en el mes de mayo hablamos de él en este blog, y la foto que mostramos ahora de la Plaza Vieja en la Habana Vieja, es sin embargo nueva, y muestra lo dicho.  Si se fijan bien notarán  que se le puede dar tantas vueltas a dicho emplazamiento sin coger sol; sólo caminando por la sombra de sus soportales.
Si algo le debemos a nuestro Eusebio Leal es el disfrute de “Andar la Habana”. Creo que nuestra capital es el único lugar del mundo donde al alienado turista se le hace camino el andar.
Veo a Miami como una postal de esas en colores: Todo lindo, todo limpio, todo ordenado, al estilo de los museos o a una sala de operaciones, con olor a desinfectante: Los edificios modernos; la Avenida Collins y su muestrario de arquitectura art-deco, las amplias autopistas con más de 8 sendas. Los Speedways, los Causeways, y los Expressways, te dejan ¡Way! Allá no way portales, ni frondosos árboles protectores. Y si  quieres cruzar uno de esos caudalosos ríos de asfalto hirviente, ni te atrevas. Busca el semáforo más cercano tres millas adelante, o quedarás en el way.
Pero, no todo es malo. Vi cosas increíbles: Por ejemplo, nuestras tiendas de lujo en el pasado eran tan exclusivistas que no empleaban mujeres y mucho menos subiditas de tono. ¿Y los bancos? ¿Recuerdan aquella primera portada de PALANTE?
Actualmente en los supermercados, Molls, shoppings, y similares visitados por mi, la mayoría de los dependientes son mujeres y hombres “de color” o “latinos”, los  había también  en servicios públicos como correos, guarderías y bibliotecas, entre otras muchas instituciones estatales. Como si la discriminación de antaño en EEUU.se hubiese socializado. No puedo afirmar lo mismo de los bancos, bufetes, y las grandes corporaciones, porque en todo ese tiempo no entré en ninguno.
Yo me pregunto ¿A qué se debe esto? ¿Son más bajos los salarios? ¿Estarán obligados a redondear sus ingresos con los “tips”? ¿Será acaso ese 99% de empleados públicos a quienes primero les llegan los recortes y los despidos en las crisis como las actuales? Porque dajémonos de cuentos, en EE.UU. todo se mide con dinero.
A propósito, en  las grandes tiendas por departamentos y otras menos agraciadas existen por miles letreros llamativos que dicen SALE, SALE y ninguno ENTRA, ENTRA. Gracias a mi traductor personal descubrí que la clave del éxito está precisamente en ese ÉXIT; sólo por allí pude salir.
En la calle, nadie te para o te advierte nada y no hace falta: Por doquier avisos de todos tamaños y colores son suficientemente explícitos en inglés, cuyo incumplimiento se traduce en multas y penalidades que dan pena..
Apenas vi policías de tránsito, además innecesarios; para eso están las cámaras sincronizadas a los semáforos, sin contabilizadores de segundos que te adviertan como los “chinos” nuestros. Por lo tanto, a las vías rápidas, la alta velocidad y los cambios de luces instantáneos, se suma una tecnología de punta, con la que el chofer no puede discutir, porque no se le amonesta.
Al día siguiente por internet te llega una linda instantánea por valor de 100 USD, donde ves como las gomas delanteras de tu auto pisan ingenuamente la raya cómplice del fisco, mientras un guiño lumínico señala que te llevaste la amarilla. ¡Imagínate cuánto si fuera la roja!
Allá todo está limpio, reluciente y climatizado, desde el automóvil y las oficinas hasta las viviendas. No hacen falta campañas contra el tabaquismo.
Tampoco esas que dicen: “Un incendio puede evitarse”; pues en auto cerrado no entran moscas, ni humo tampoco; en las oficinas menos, y en tu propia casa, --si estás tenso--, debes salir a fumar al patio o al parqueo, pues al menor humito suena la alarma y se desencadena la parafernalia de los bomberos, --con sus equipos, sus sirenas, y sus costos--, que también te los pasan por la piedra, perdón, por correo.
Hay otras muchas vivencias de ese corte, captadas aquí y acullá. En cada una asoma la oreja peluda de la coerción económica.
Del 911 y el FBI nada les cuento porque, de continuo desayunamos, almorzamos, y comemos en Cuba  con ellos. No hay un dichoso serial, o teleplay foráneo que los dejen en paz.
El teatro, el cine, los museos, los zoológicos, todo cuesta --¡y cómo!-- de ahí que nuestra diversión cotidiana fuese la televisión, con una programación las 24 horas, en decenas de canales –algunos en Español y otros intraducibles--donde priman la publicidad y las ventas de quemazón, como aquellas antiguas del “Machetazo” en Cuba.
Los más viejos conocemos ese gancho de…-Rebajado a $999.99-- en vez de mil verdes. Para los que no sepan ingles, les traduzco: Son 24,000 pesos M/n.
En cuanto a las películas, usted debe prepararse a verlas descuartizadas, o sea por capítulos--como las telenovelas—porque cada 15 minutos son interrumpidas para venderle un carro que no necesita, o un descuento de cualquier producto que tampoco le hace falta. Si no dispone por lo menos de cinco horas, ni lo intente, o le tendrán que contar el final al día siguiente.
Vi algunos espacios humorísticos aceptables, pero la curiosidad del criollo es tanta, que son conocidísimos en Cuba; pero quiero detenerme en otros de gran impacto para la teleaudiencia de origen latino. Como es el programa “Caso Cerrado” en español, diseñado acorde con el gusto estereotipado de los patrocinadores, o sea “típicamente latinoamericano”.
Cuenta con la Dra. Pola, una abogada-conductora que sabe de leyes, con un carisma especial pues… ¡Hasta canta entre comercial y comercial! Por tanto, no pude sustraerme al impulso de hacerle una caricatura personal viéndola en la pequeña pantalla. ¡ALLÁ VA ESO!
Soy lego en la materia, pero siento que los casos que se presentan, o que pude ver en esos días,  tienden a exacerbar nuestros defectos, o sea la chusmería, la guapería, las palabrotas. Incluso se les permite a los litigantes ofenderse mutuamente, o irse a las manos en medio del juicio. En fin: ¡El reality-show vigueta con la guapería del solar llevado a los tribunales el sopapo en vivo y en directo!
En cuanto a los dibujos animados. Tal vez sea una apreciación muy personal, pero los personajes de Disney de antaño, tan humorísticos y alegres, se han vuelto sosos, retóricos, y faltos de gracia. El Mickey y el Donald de mi infancia, tan dinámicos y sorprendentes, parecen hoy estirados profesores dando clases de latín antiguo o de trigonometría. Me quedo pues con Elpidio Valdés, Fernanda, Chuncha, o el Capitán Plín; pero sobre todo, con esos maravillosos dibujos animados musicales del ICAIC, en las voces de Teresita Fernández, Lubia María Hevia, y otras tantas voces especializadas en la canción infantil. ¡VIVAN PUES EL CUBANIMA Y LA COLMENITA! 
Todas las comparaciones son malas, pero quisiera terminar con mi impresión de lo que acaba de transcurrir en Cuba y lo que presencié allí hace aproximadamente un año:
La final  del Play-Off entre Ciego e Industriales fue algo tan emocionante y espectacular que deberá pasar como récord  a la Historia del deporte del beisbol cubano.
Allá fui invitado a un partido nocturno entre los  Florida Marlins  y los Washington Nationals. Como constancia de ello les muestro el boletín de entrada al estadio viejo, el Sun Life Stadium de Miami. El nuevo acaban de estrenarlo este año. Pero nos cobraron como nuevo, pues el parqueo resultó muy caro, la entrada a las gradas del centerfield por el estilo, y el juego bastante monótono. Claro, el público no toca ensordecedoras cornetas ni congas bullangueras en las gradas, para eso están los altoparlantes que solo molestan entre innings. Después, silencio absoluto. (Parece que también hay multas). Lo cual agradecen peloteros, umpires y mi Trompa de Eustaquio en particular.
Del partido no recuerdo nada importante, sólo la voz de mi hijo cuando dijo: -- El cuarto bate Sánchez, ése de primera, es un cubano, pero de aquí.
Todavía a un año de aquella expresión, sigo pensando qué me quiso decir.
Lo del baloncesto era distinto; se discutía la final de la NBA y resultaba dificilísimo con$$$eguir entradas. Nos conformamos con ver los partidos por televisión ya que los famosos Bulls (Toros) de Dallas enfrentaban a los Heats (Candela) de Miami. Había un trío de ensueño por los locales: Leblon, Wade y Bosh. Tampoco pasé por alto esta oportunidad, y aquí les dejo mi impresión musical de ese trío:
El ambiente previo a la gran final era también candente: Cientos de afiches, autos circulando con banderolas desplegadas, y otras excéteras publicitarias en cada rincón de la ciudad te abrumaban. Las tiendas repletas de camisetas deportivas, pero el precio aumentaba según el número en la espalda del basquetbolista correspondiente. Las del famoso trío costaban tres por tres, veces más que el resto. Y en la calle las conté por cientos entre los y las jóvenes, --por cierto, me dio más busto verlas a ellas, que a ellos.
Pero sucedió algo insólito, los Heats se enfriaron de tal manera que perdieron el partido final. A la mañana siguiente…¡La cagástrofe!
Como si hubiese explotado una bomba de neutrones dejando la ciudad intacta pero la gente atomizada. Las tiendas amanecieron con rebajas astronómicas en los mostradores de las camisetas deportivas. No había clientes, y me imagino que ni regaladas los floridanos las aceptarían.
A los pocos días desaparecieron por completo, y me perdí  la oportunidad de pacotillar una ganga para mi nieto del lado de acá del charco. Esa fue la última impresión que me llevé antes de regresar, y como ven, --tanto en las buenas como en las malas-- allí todo depende del dinero. Dicen que este año la historia se repite, pero en vez de tres héroes del basket sólo quedaron dos bajo el aro, como si la crisis financiera y los despidos hayan invadido   el tabloncillo.
¿Hasta los presidentes? En noviembre habrá elecciones. Veremos si también les toca a ellos.

¿CRÓNICA DE UNA EPIDEMIA O EPIDEMIA CRÓNICA?

Si algo caracteriza al cubano es su expresividad musical, su carácter extrovertido, su temperamental explosividad, su exageración innata. De ahí que algunos investigadores sociales, tras un examen minucioso hayan exclamado: --Ustedes, o no llegan, o se pasan.
Les otorgo el beneficio de la duda, pero el fenómeno es real y llega hasta el punto de la planificación física urbana. Veamos según el diccionario la definición de la palabra esquina: Se trata de una arista, un chaflán, un recodo, un cantón, en fin: Una confluencia de dos calles en un punto dado.
Pues bien: ¿Cómo se explica una esquina caliente en la cola del pollo que ya viene congelado; en una oficina adecuadamente climatizada; o cada cinco metros en cualquier acera o parque de cualquier ciudad del país, donde concurran más de tres personas?
La lógica indica que se trata de una pandemia originada por el virus del deporte nacional, o sea La Pelota.
Cada país o región del mundo tiene el suyo, como el alpinismo en los Alpes suizos, el criquet en la India, o el golf en las canchas residenciales de Wall Street.
Pero lo de Cuba es una enfermedad crónica, que lo mismo ataca a chicos que a grandes, mujeres u hombres. Sería la única razón por la cual Flora, la octogenaria de mi cuadra, rechace la “Passione” telenovela brasileña por un juego entre Industriales y Matanzas o Ciego de Ávila.
Tras el fenómeno acústico de las vuvucelas surafricanas en el último Mundial de Fútbol, la industria del escándalo nacional dejó atrás el entusiasmo del coro gigante dirigido por Armandito el Tintorero, o la conga santiaguera; y surgió la trompetica escandalosa --importada o por cuenta propia—pero sobre todo irresistible e incansable. Puede durar los nueve capítulos de un partido normal sin descanso entre los turnos al bate, o extenderse a extra innings.
Tremendo castigo para la Trompa de Eustaquio de árbitros, y peloteros, y vecinos. Los televidentes tenemos la ventaja de ver el juego en la pantalla y apagar el audio. Claro, nos perdemos también los comentarios, pero ¿quién sabe más que yo de beisbol en Cuba?
Antes de esta serie del 2012, para apreciar un tigre o un león rugiendo de verdad teníamos que trasladarnos al Zoológico. Cuando íbamos al Museo de Ciencias Naturales teníamos que conformarnos con verlos mudos y patisecos.
Hoy, con la iniciativa popular y el desarrollo de la artesanía “Art-Attack” hemos convertido nuestros estadios de beisbol en originales carnavales de muñecones saurios y felinos en todos los tamaños y realizados en cualquier soporte, para beneplácito de la fanaticada. Recordemos que los cocodrilos matanceros regresaron a la Ciénaga de Zapata con la cabeza bien en alto, y los leones cayeron con las melenas puestas.
¡Bienvenida sea esta febril alegría del pueblo!
Por nuestra parte, se acabó lo que se daba en este play-off costumbrista. Los espero con nuevas viñetas para vernos por dentro en próximos desafíos.

LA OTRA RITA

Por su talento, encanto y ejecutoria, Rita Montaner se ganó el título de “Rita, la Única”.
En el debut de la radio en Cuba, hace exactamente noventa años, su maravillosa voz  se escuchó por primera vez fuera de los círculos de admiradores más cercanos; a partir de ahí fue tejiendo incansablemente su talento en el radio, el cine y hasta la televisión, en Cuba y el extranjero.
Por aquellos días del año 1922, la niña Rita Longa Aróstegui, con apenas diez añitos dibujaba en el suelo, como aún lo hacen nuestros nietos. Nacida en la Ciudad de La Habana --en cuna de abolengo, según se dice--desde temprana edad mostró vocación por las artes plásticas, de ahí que en 1928 la vemos ingresando en la Escuela Nacional de Arte, pero su temperamento rebelde no asimilaba los rigores de la Academia de San Alejandro, y según ella misma dijo: “…Fui a aprender dibujo y pintura; me quedé en la clase de modelado donde malamente acudí a un curso de Sicre. Luego seguí clases en el Lyceum…”
De esta etapa el crítico Tony Piñera diría: “Lo de Rita con la escultura fue un amor a primera vista; ella misma confesó que cuando tomó el barro en sus manos se sintió transportada…”
En 1932 debuta en una exposición colectiva, dos años después comparece con la primera muestra personal en su querido Lyceum, y en 1935 gana el primer premio en el Salón Nacional de Pintura y Escultura. A partir de esa fecha cada obra es un escalón hacia el perfeccionamiento de su arte: En 1936 participa como orientadora en el  Estudio Libre de Pintura y Escultura, estimulada por el propio Eduardo Abela. Era un proyecto anticonvencional que aglutinó figuras como Víctor Manuel, Carlos Enríquez, Teodoro Ramos, Jorge Arche, y el caricaturista Hernández Cárdenas, entre otros.
Ese mismo año obtiene Medalla de Oro en el XIX Salón d Bellas Artes. Y en los finales de la década de los 30, participa en  exposiciones colectivas organizadas en  República Dominicana, México y Estados Unidos, para concluir con la visita a Nueva York, precisamente en 1939, a donde ya era conocida pues había enviado anteriormente su obre “La Rumba”
No es mi propósito extenderme en una larga lista de premios y menciones; ni en su prolífica producción con más de 300 obras de por vida; prefiero abordar otros aspectos medulares de su legado.
Tradicionalmente la escultura ha tenido un objetivo más simbólico que decorativo, y Cuba no ha sido la excepción. Muchos de nuestros héroes y mártires en merecido tributo fueron plasmados en mármol o bronce; pero llegaron los tiempos de la chistera y el bastón. Caudillos y figurones con pocos méritos y mucha plata, en un criollísimo culto a la personalidad, pagaron un buen precio por inmortalizarse, y sus pétreos rostros comenzaron a afear nuestros parques y plazas- Otro ejemplo de la obsolescencia escultórica fue el Monumento al Maine que pretendía glorificar las hazañas del Imperio. De él sólo quedó en pie su pedestal, pues el pueblo, indignado, puso al águila en su lugar.
Rita Longa aportó la sensibilidad femenina, mas la gracia de las formas y el ritmo al arte escultórico sin renunciar a lo ornamental, con lo que insufló nuevos y refrescantes aires a la rigidez acostumbrada.
Se cuentan por decenas y decenas los trabajos profesionales que realizara para jardines y residencias particulares durante la década del 40  del pasado siglo. Asunto que ella prefería no comentar.
Sus sueños tenían otros vuelos y al plasmarlos quedaron para la Historia: No se olvidarán jamás, pero quisiéramos destacar algo muy característico en su obra, que la llevó a sacar la escultura de las galerías y salones cerrados, para ponerla a disposición del pueblo.
Veamos como ella le contó esta experiencia al crítico Alejandro G. Alonso en cierta entrevista: “…No fue hasta que un arquitecto artista visitó mi estudio, encargándome un relieve para colocar en una de sus obras en construcción, que me inicié en el problema de situar la escultura en el espacio y el ambiente…”
Eso sería ya suficiente como para que se le considere la escultora mayor de Cuba, pues ha dejado su impronta en todos los rincones del país, en espacios abiertos, interactuando con el hombre de a pie, a quien va dirigida su obra, creando de paso una relación intimista con especialistas y legos.
Podemos relacionar numerosos ejemplos de gran calidad como su maravilloso “Grupo Familiar” de venaditos que nos recibe a las puertas del Zoológico de 26; el “Bosque de los Héroes” en Santiago de Cuba; o el Grupo Escultórico que nos da la bienvenida a la entrada del Palacio de Bellas Artes, por poner unos pocos ejemplos de su infatigable obra, ya que quisiera hacer énfasis en la más íntima de sus motivaciones.
La madurez artística de Rita Longa estuvo marcada por su férrea voluntad y febril inspiración caribeña. Hija de este archipiélago tropical, le fue fiel, de ahí que se destaquen en su trayectoria obras como “Figura de Náyade” en 1943 y “La Virgen del Camino” en 1949; la nocturnal bailarina-símbolo de Tropicana que nos invita desde su fuente a disfrutar de una noche bajo las estrellas,
“La muerte del cisne” en el Teatro Nacional; el "Memorial a Marcelo Salado” en la escuela de natación que lleva su nombre, y “La fuente de los mártires” en el parque de la Fraternidad: En relación con esta obra dijo: “…Siempre tuve gusto por los trabajos de agua como línea, forma, o reflexión…”;
Y fue consecuente con ello. Su monumental “Aldea Taína”, idea del propio Fidel le exigió un titánico esfuerzo: Modelar durante un año en su taller las 25 esculturas a tamaño natural, más la fundición en el propio cayo rodeada por la Laguna del Tesoro durante otros cuatro meses.
Estos esfuerzos la motivaron para otra hazaña irrepetible a partir de la década de los años 70, cuando se convirtió en promotora y aglutinante de la escultura monumental en Cuba, ya fuese a través de su activismo en la UNEAC, o en el Movimiento de Las Tunas, cuando dotó a la ciudad de una serie de obras  cuyo aporte se sintetiza en: La participación colectiva para lograr la ambientación local. Crear un clima de comunicación popular sobre el sentido de pertenencia y el orgullo de enriquecimiento con dichas obras en espacios públicos. La creación de un taller para aglutinar un movimiento de escultores noveles, tanto tuneros como de otras provincias como Camagüey, Holguín, y el municipio especial Isla de la Juventud.
Como constancia inspiradora de estos esfuerzos, quedó para la historia su “Flor de Virama” y una maravillosa “Fuente de las Antillas”
Fue en estos trajines que me tropecé en Las Tunas con ella de nuevo. Elegante como siempre, enfundada en esos ponchos multicolores que tanto le gustaban, con ese aire de vampiresa fatal que le daba la eterna boquilla cigarrera en sus labios; sin perder su sencillez y su amabilidad.
En los años 90, tuve la oportunidad de compartir una vez más con Rita, precisamente en la inauguración de una obra escultórica suya en el lobby del Hotel Habana Libre Tryp. Y no podía ser otro que la clepsidrope (mecanismo basado en el reloj de agua de antiguas civilizaciones). Este ingenio de Rita combinaba música, luz y chorros de agua para dar las horas  a los huéspedes. El complejo escultórico agregaba a la climatización del vestíbulo un cierto ambiente natural con el rumor de las aguas y las plantas ornamentales que lo rodeaban.
Un buen día la gerencia del hotel determinó su eliminación, y con el mismo pesar de verlo desaparecer, poco tiempo después nos llegó la noticia del fallecimiento de la autora.
Con este humilde homenaje queremos recordar el centenario de Rita Longa este 16 de Junio, y sin ánimo de establecer comparaciones con la otra Rita, esa que todos admiramos también como “La única”.