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15 ago 2014

¡EL ALMIRANTE SE SALVÓ EN UNA TABLA!


Que Cristóbal Colón era un gran marino, nadie lo discute; que ya conocía las rutas más importantes del comercio en el Mediterráneo desde mediados del siglo XV tampoco; por tanto no era de extrañar el preámbulo a las Capitulaciones que escribiera para convencer de su proyecto a los Reyes Católicos: “…Me abrió Nuestro Señor el entendimiento con mano palpable a que era hacedero navegar de aquí a las Indias y me abrió la voluntad para la ejecución de ello y con este ruego vine a vuestras altezas…”

El resto es harto conocido, de ahí que contemos ahora un episodio poco divulgado de su vida, gracias al aporte dado a conocer hace unos años en las páginas de la revista MAR Y PESCA por el colega Luis Úbeda bajo el título de “En la que vino Colón a Cuba”.
Este justo encabezamiento se debe a que en dicho trabajo se enfatiza el comportamiento de la Santa María y las embarcaciones acompañantes en el Descubrimiento. Pero más curioso es el suceso ocurrido dieciséis años antes, que puso en riesgo tan colosal hazaña. Me he tomado la libertad de encabezar este curioso hecho con la frase: “¡El almirante se salvó en una tabla!”. Y cito a Ubeda:
“…Durante el combate naval de San Vicente, el 13 de agosto de 1476, Colón salvó la vida prendido a un remo y nadando hasta la costa de Segres en Portugal, tras ser incendiada su nave …”
Otro naufragio importante en la vida del Adelantado también narrado por el colega aclara: “…Una vez efectuada la colosal hazaña de atravesar un océano totalmente desconocido y recorrer buena parte del Arco de las Antillas y de las Bahamas, repletos como pocos de traicioneros bajos y cabezos, (arrecifes coralinos sumergidos), su buque insignia se fue a pique por una negligencia de su dueño y piloto Juan de la Cosa. (…) Sucedió con la mar en calma y leve brisa, mientras el Almirante reposaba en su camarote. Cuando se dio la alarma ya la Santa María estaba sentenciada a muerte. (…) Aún bajo los efectos de la somnolencia, Colón trató de salvar la situación ordenando que, a bordo de un batel (pequeño bote en forma de cajón), se trasladase un ancla a la costa y desde allí halase la nave. Más el piloto se dirigió a la “NIÑA”, tal vez por aquello de ¡SÁLVESE EL QUE PUEDA!. Proceder que con toda justicia el almirante calificara de cobarde y traicionero…”
Un tercer detalle de importancia es que los restos de la malograda nave sirvieron para construir el primer fortín americano en La Española, denominado “Navidad”—dado que el ataque y su destrucción ocurrió el 26 de diciembre de 1492--mientras sus 39 defensores eran exterminados por las huestes del cacique Guacanagari, quienes poblaban el territorio ocupado por el Haití de nuestros días.
Aclaraba el periodista en MAR Y PESCA que: ”…De la histórica nave--la Santa María--solo han llegado hasta nuestros días dos anclas (o al menos, una) la cual fue autorizada por el gobierno haitiano a mostrarse durante la Exposición Colonial de París en 1951, así como en Italia y Cuba, esta última antes del triunfo de la Revolución…”
Aquí termina la narración de esos curiosos naufragios determinantes en el devenir histórico, sobre todo el primero de ellos, que cumplió 538 años este 13 de agosto, así como el milagroso madero que influyó en el al nacimiento de un Nuevo Mundo, y sobretodo con el brote de una nueva palabra que echó raíces entre nosotros y que vemos hasta en la sopa. Entre ellas: Países como Colombia en Suramérica; Cementerios como el de Colón en La Habana y esa herencia maldita del Colonialismo y la Globalización en todo el planeta.

ACUSE DE RECIBO (3)


El pasado mes de junio dimos respuesta a dos opiniones de esos amables vecinos, que en mi criterio merecían la atención de este octogenario, cuyo tiempo transcurre contra reloj. En esa misma cuerda se mueve la recontra réplica que ahora doy a conocer, y cuyos reclamos fueron oportunamente trasladados a la dirección del querido periódico PALANTE--cada día más joven--pues si algo caracteriza todo lo viejo es su impotencia. Aquí va:
 Blanquito:
Gracias por publicar mi mensaje anterior a pesar de que sólo iba firmado por mis iniciales. Y gracias sobre todo, porque prometes hacer algo por el centenario del viejo Cardi que nació el 2 de octubre de 1914.
No sé si sabrás quién soy o si te habrás dado cuenta ya de quién es este silencioso lector. Soy Antonio González Pérez, quien desde 1957 trabajó con Cardi --y con Mota, con Augier, con Abascal, con Pitín y con Miguel-- en Fergo-Arregui; también con Zumbadito, -como le decía Cardi- en la OTPLA, anunciando yo en la TV la Malta Hatuey; o con Fresquito Fresquet y su sobrino después llamado Fremez, en nuestra flamante agencia llamada Fresquet y Asociados, (en la que yo era uno de ellos). Con ellos colaboré en El Pitirre, como redactor, junto a aquellos grandes Chago, De Armas, Nuez, Valdés Díaz, Fornés y tantos otros y poco después, me fui a las Minas del Frío, (que ahora evocas en tu página pero de 1964) en el primer contingente de Maestros Voluntarios de 1960. De allí fui seleccionado junto a otros 100 compañeros para hacer efectiva la Ley de Nacionalización del 13 de octubre de ese año y fui designado a la agroindustria azucarera (donde administré varios centrales, regiones, provincias y en la sede central), actividad a la que dediqué 40 años de trabajo.
Como ya supongo que te acordarás de mí, pues cada vez que iba a La Habana, los visitaba en los inicios de Palante y durante muchos años y después nos vimos muchas veces en actividades de Comunicación Social y otras del DOR y la UPEC, pues ahora te mando un abrazo y mi felicitación más sentida por tu blog que no me pierdo nunca y por el cual te reitero mi felicitación y mi respeto por mantenerlo funcionando y con tanta calidad.
Bueno, por hoy creo que es bastante. Haz lo posible por que se organice algo por el centenario de Cardi. Tú eres el más indicado. Creo que si en este 2014 se han celebrado los centenarios de Onelio Jorge, de Samuel Feijoo, de Juan Arrondo y se celebrarán los de Cundo Bermúdez, Roberto Faz, Julio Girona y Fernando Alonso, la conmemoración del de Cardi no debería ser la excepción.
Después, en otros correos internos (si estás de acuerdo) te seguiré contando de mi vida actualmente y de cómo me quedé "atrapado" aquí en Barcelona donde vivo junto a mi mujer,(después de 52 años de casado), mis tres hijos, cuatro nietos y una biznieta. Pero esa es otra historia muy larga que ya no cabe aquí.
Un abrazo y mi cariño de siempre
Antonio

He aquí otra opinión:
Hola Francisco,
Enhorabuena por su trabajo en este blog. He llegado a él buscando referencias de historieta cubana. El planteamiento de este libro que menciona, “Amores en Aceite deOliva”,.me parece muy interesante. Me refiero a cómo construyeron una historia gráfica a partir de los cuadros de Pedro Pablo Oliva ¿Se encuentra a la venta en algún sitio online?
Saludos desde España.
Jesús
RESPUESTAS:
Al amigo Antonio González le informo que, dada mi situación de jubilado y simple colaborador, su petición
ha sido trasladada a la dirección de PALANTE, para que, de ser posible, entre sus actividades por el 53º Aniversario de la publicación el próximo mes de octubre, se incluya el homenaje a Cardi en su centenario al cual, de seguro, se sumarán otras instituciones.
En cuanto al internauta Jesús en España, le aclaro que el libro “Amores en Aceite de Oliva” respondió a un empeño mucho mayor impulsado por el propio Ministerio de Cultura, para acercar los artistas plásticos más importantes del país a su público, mediante la incorporación de secuencias gráficas—historietas—que pudieran vincularse con su obra, ya que por lo general estaban limitadas a exponerse en el cerrado marco de galerías y museos de arte. El libro tuvo tal acogida que –como muchos otros por el estilo—se agotó rápidamente, pero se trataba de conciliar el entusiasmo de pintores con guionistas y no todos los involucrados en el proyecto interiorizaron su importancia. El tiempo se ha encargado de convertir esos amores color olivo en un “incunable”.
Gracias Tonito.

EL MISTERIOSO PANDILLERO SAVIUR


Acabamos de recibir un comentario desde el exterior que merece la atención. Dice así:
Estimado señor Blanco: He leído con mucho interés su fascinante crónica “Todo es secreto hasta un día’’, sobre la bitácora de su descubrimiento del autor de los muñequitos “La Pandilla del País’’. Llegué a esa crónica navegando en internet en busca de información de Salvador Cancio Peña, quien se me cruzó en otra historia que seguía de Cuba, la del legendario Alberto Bayo, el cubano español veterano de la Guerra Civil Española que entrenó a los rebeldes del 26 de Julio en México. Bayo dice en su libro “Mi aporte a la revolución cubana’’ que conoció a Fidel Castro en Cuba gracias a que se lo presentó Cancio Peña. Y cito: “Nuestro gran héroe, estrella hoy día de América y faro de los hombres libres del Mundo, fue a buscarme en México a mi casa de Avenida Country Club No. 67, acompañado del común amigo Saviur Cancio Peña que fue el que nos presentó, honor que me tiene lleno de orgullo, al ver que el mejor guerrillero del orbe, creyó en mí, me buscó, escuchó y utilizó’’.
Acudo a su curiosidad histórica para preguntarle: ¿Cómo llega Cancio Peña al entorno del joven rebelde Fidel Castro?. ¿Cómo un personaje que la enciclopedia que usted cita describe como un agente de la época de la “Prohibición’’-–Ley Seca--de Estados Unidos termina presentando a Castro con el hombre responsable del entrenamiento de los rebeldes?
Debía haberme presentado al principio, pero la grata sorpresa de esta historia tenía prioridad. Mi nombre es Gerardo Reyes Copello. Soy periodista colombiano, vivo en Miami hace muchos años y me encanta la historia de Cuba. Espero que la comprensible desconfianza que despierta cualquier mensaje que salga de Miami hacia la isla no lo desanime para darme cualquier respuesta que a bien tenga. Mi interés es histórico y posiblemente cinematográfico. Saludos. Y firma: Gerardo Reyes Copello. Miami…”
RESPUESTA:
Estimado colega colombiano, agradezco sus palabras de estímulo y correspondo con esta limitadísima explicación: Soy un historietista y dibujante humorístico autodidacta, pero con una larga trayectoria en el periodismo y bastante curioso en lo que respecta a nuestras raíces. Es por ello que, a ratos este blog personal se nutre de historias curiosas. Recuerdo que de niño me atraían las historietas yanquis-–comics--que publicaban en colores la prensa nacional como “royalties” y algunos breves intentos autóctonos por ofrecer en blanco y negro temas nacionales—sobre todo de carácter costumbrista—como aquella “Pandilla de el País” que terminó llamándose “La pandilla de Saviur” como la conocí yo por los años treinta o cuarenta del pasado siglo. En estos avatares llegó a mis manos la obra de Miguel A. Bonera Miranda “Diccionario Temático del Comic Cubano” (Premio DADOR del Centro Cultural Dulce María Loynaz, 2007) y creí que sería interesante reproducir lo allí descubierto.
El vínculo entre el mentado Salvador Cancio Bello--quien firmaba sus obras como Saviur--y el combatiente antifascista Alberto Bayo, lo desconocía hasta que ahora usted abordara dicha amistad.
Sólo agregaría que con posterioridad a la publicación del  trabajo señalado “Todo es secreto hasta un día” leí en la compilación “Ojeada al cine cubano” de Pedro R. Noa Romero sobre los trabajos del maestro José Manuel Valdés Rodríguez, (Ediciones ICAIC, 2010) algo vinculado con la información anterior. En el libro hay un capítulo dedicado a Ramón Peón. uno de los fundadores del cine silente cubano con “La Vírgen de la Caridad” en 1930—el mismo año en que yo nací—quien tejió una cadena de filmes sonoros con temas costumbristas y musicales hasta “El romance del palmar” de 1938, protagonizado por Rita Montaner.
Según Valdés Rodríguez, el director Ramón Peón pasó entonces al cine mexicano, donde tejió no pocos éxitos hasta que trece años después regresa nuestro país para reincorporarse a la producción nacional y es curioso que nuevamente dependa de Rita Montaner como principal protagonista en las películas “La Renegada” 1951 y “La única” de 1952. Entre una y otra filma Peón “Honor y gloria” (La vida de Roberto Ortiz) protagonizada por el propio jonronero del Club Almendares, más conocido como el gigante del Central Senado. Todo esto viene en apoyo a la tesis de que el prolífico director de cine cubano durante su estancia en el país azteca hizo amistad con nuestro enigmático personaje de historietas (Saviur). Pues fue su asistente de dirección en esas tres producciones cubanas de los años cincuenta.
Hasta aquí lo que puedo aclarar sobre los vínculos que pudiera existir entre dicho dibujante y cineasta con el combatiente español que entrenó militarmente en México a la guerrilla de Fidel y del 26 de Julio, Invictos hasta el día de hoy, cuando nuestro Comandante en Jefe cumple sus 88 años de edad, lo que aprovecho para enviarle una vez mas… ¡MUCHAS FELICIDADES!

LA GRANDEZA DE NUESTRO MEÑIQUE


En primer lugar, me sumo a los elogiosos comentarios que se han publicado sobre la versión libre de Ernesto Padrón y su equipo de animación del ICAIC al “Meñique” de nuestro Martí, ahora en 3D. Podría agregar que nos hemos quedado cortos, pues la colosal respuesta del público a su estreno durante este mes en las pantallas de todos los cines da muestra de ello. No fue una sorpresa para mi; más de un lustro de esfuerzo y dedicación con enormes limitaciones que tamaña empresa constituía para el dibujo animado cubano —sobre todo con las tecnologías de punta—a pesar del alto valor estético demostrado en sus 55 años de vida y sobre todo por serle dedicada la obra al maestro de maestros Tulio Raggi.
Aprovecho pues esta oportunidad para solicitarle al colega la autorización de ilustrar estas reflexiones con algunos fotogramas tomados de dicha película, ya que nos referiremos a los orígenes del personaje Meñique y su relación con la personalísima versión martiana.
 Hagamos un poco de historia:
En tiempos remotos la sabiduría popular se sustentaba en la transmisión oral. Cuenteros y juglares desanduvieron los caminos durante siglos con sus fábulas y leyendas a cuestas. Durante mucho tiempo después, pendolistas y escribanos continuaron  la tarea de documentar dichas historias a mano limpia hasta que la imprenta revolucionó la lectura como parte integral de la Ilustración, masificando los conocimientos y la curiosidad tomó nuevas dimensiones. Así surgió un sector de la sociedad formado por escritores que se dedicaron de por vida a la profesión literaria como medio de subsistencia, promoviendo aquellos cuentos de hadas con seres fantásticos que fueron incluso traducidos a otros idiomas como en el caso de los hermanos Perrault franceses (Claudio (1613-1688) y Carlos (1628-1703); o los hermanos Grimm (Guillermo Carlos (1786-1854) y Jacobo Luis (1785-1863) de origen alemán. Sumemos también al inglés Charles Dickens (1822-1870) autor de las novelas “David Copperfield” y “Las aventuras del Sr. Pickwick” entre otros tantos, o al prolífico Hans Christian Andersen de Dinamarca nacido el 2 de abril de 1805 quien acumuló mas de 160 cuentos famosos como “El patito feo”, “La sirenita” y “El soldadito de plomo”, e incluso se le atribuye también otra adaptación del “Pulgarcito”. Por cierto el propio Martí, en su versión libre reconoce la procedencia francesa de su Meñique (Poucinet en francés que se traduce Pulgarcito en español) del “desconocido” Edouard Laboulaye. Por lo pronto éste no aparece en la lista de autores famosos.
ACLARACION NECESARIA
Como se puede apreciar entre el siglo XVII y el XIX proliferó este tipo de escritor dedicado casi por entero a producir cuentos fantásticos y de hadas provenientes de fábulas o hechos verídicos como el ocurrido el 26 de agosto de 1284—según aclara internet--en un pequeño pueblo germano que dio origen a la leyenda de “El flautista de Hamelin
también adaptado por los hermanos Grimm.
El caso de nuestro José Martí no es el mismo. De ahí mi interés por aclarar algunos aspectos esenciales que lo convierten en el más universal de los cubanos.
En su febril actividad como fundador del Partido Revolucionario Cubano que aglutinó las diezmadas fuerzas del Zanjón, y la colosal tarea de organizar la Guerra Necesaria contra el colonialismo español y las apetencias de la Doctrina Monroe por la “fruta madura”, Martí se vio perseguido por agentes secretos de la Metrópoli y los propios de la Pinkerton yanqui. Febrilmente recaudó fondos, dictó conferencias, organizó colectas, ejerció como traductor, periodista y representante diplomático de países de Nuestra América –como él mismo nos definió—pero no sólo en estas tareas, sino para su propia subsistencia en un medio hostil. Sobre todo a fines del siglo XIX, cuando comprobó estar viviendo en el monstruo y conocerle sus entrañas.
La sintética cronología que ahora les presento a seis meses exactos de que saliera a la luz pública en Nueva York el primer número de LA EDAD DE ORO con su “Meñique” para niños y niñas demostrará el colosal esfuerzo desplegado por el Maestro en 1889.
ENERO: para supervivir Martí se compromete a remitir dos crónicas quincenales al periódico uruguayo LA OPINIÓN PÚBLICA. FEBRERO: En dos cartas fechadas este mes anuncia la próxima salida de su traducción a “Lalla Rookh” con ilustraciones magnas y la segunda edición de su “Ramona”, lo que demuestra una vez más su prestigio de traductor. MARZO: Es ratificado como corresponsal en Nueva York del diario mexicano EL PARTIDO LIBERAL por su director Apolinar Castillo; a su vez mantiene polémica en EL AVISADOR HISPANOAMERICANO sobre Antonio Bachiller y Morales respondiendo a diatribas recientemente publicadas en LA HABANA ELEGANTE. En este mismo mes realiza otras traducciones a fin de sufragar sus gastos más perentorios y publica en THE EVENING POST de Nueva York uno de sus más radicales trabajos titulado “Vindicación de Cuba” como respuesta a las ofensivas ideas anticubanas en THE MANUFACTURER” de Filadelfia. ABRIL: Había acariciado la idea de publicar un periódico en inglés a favor de la Independencia con su personal estilo ante el pueblo norteamericano, pero desiste de la idea por falta de recursos. Sin embargo publica en el folleto “Cuba y Estados Unidos” otra contundente respuesta a la ofensiva anticubana de la prensa yanqui. MAYO: Al conocer de la próxima fundación por Rafael Serra de la sociedad “La Liga” con propósitos patrióticos y educacionales, se suma a la idea que tomará cuerpo en 1890.
¿Cómo es posible que con toda esa carga de proyectos, contra viento y marea, carencias económicas y responsabilidades de carácter profesional, nuestro Apóstol de la independencia pudiera acometer la colosal tarea de escribir íntegramente LA EDAD DE ORO desde julio hasta octubre de ese año, cuatro ediciones en total, y la interrumpió, no por falta de interés o disposición, sino por discrepancias con el editor brasileño Da Costa Gómez?
Es por ello que cualquier comparación con los escritores europeos antes mencionados no pretenda minimizarlos--todo lo contrario--situarnos en una posición equidistante, y valorar las condiciones en que unos y otros tuvieron que desempeñarse para lograr sus propósitos. Al valorar la versión martiana del Meñique me apoyo en algunos criterios que comparto y que aparecen en el trabajo “Para que el mundo sea la esperanza” de Luis Toledo Sande, publicado con fecha 8 de agosto de 2014 en la revista BOHEMIA. Y finalizo citando los siguientes párrafos dedicados a Martí:
“…Cuando buscó fuentes en otros autores, lo hizo con el poder de originalidad que le permitía transformar artísticamente cuanto pasaba por su palabra, escrita u oral. Al interpretar “La Ilíada”, traducir una fábula, replantear una idea sobre el contraste entre la muerte de un príncipe y de un hijo de familia pobre, recrear una leyenda o dar vida raigalmente nueva a un Pulgarcito que el mueve de un extremo a otro de la mano para convertirlo en Meñique, reafirma que en su caso, la originalidad iba más allá de querer ser diferente. Él lo era por fidelidad al criterio de que escribir es sentir y siempre que se escribe con maestría y desde el sentimiento legítimo, se es original, raigal. (…) Su Meñique y su gigante difieren de los que llenaban textos en que se hacía al público infantil—como señaló Herminio Almendros en su estudio del tema a propósito de “La Edad de Oro”—asistir al espectáculo de ogros que devoraban niños, a veces en actos propiciados por los padres de las víctimas. En el Meñique y el gigante de la sembradora revista ha habido razones para percibir una prefiguración del David y el Goliath que Martí empleó como símbolos en su testamentaria carta a Manuel Mercado…”