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17 jun 2015

LA LÍNEA CONTRA EL NAZIFASCISMO (18)



Este trabajo que da continuidad a nuestra serie sobre la caricatura en el mundo, es una síntesis del que con fecha 11 de mayo de 1985 publicamos en el diario GRANMA bajo el título de “La Caricatura contra el fascismo”.
Por su extensión nos limitaremos a reproducir sólo algunos párrafos. En nuestra última entrega “La línea extremista” del pasado mes de mayo, nos detuvimos en acontecimientos ocurridos en Venezuela a fines del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, donde un presidente con ideas nacionalistas de apellido Castro fue satanizado por las potencias imperiales emergentes con apetencias petroleras. Tras la sangrienta conflagración mundial del año 14, el pangermanismo guerrerista salió derrotado y trajo por consecuencia la formación de agrupaciones revanchistas que bajo le máscara del populismo ofrecían al pueblo teutón utopías basadas en la pureza de la raza, la superioridad científico técnica y el destino manifiesto, con marcado interés en el anticomunismo y el antisemitismo léase judíos y musulmanes:
Su líder: Adolf Hitler.
Su emblema: La Cruz Gamada.
Su gancho: Cada alemán un auto.
Y surgió el famoso escarabajo: VW.
Con esta coyunda introductoria, vayamos al grano, es decir a la copia:
“…Fue en Alemania a fines del siglo pasado (XIX y a principios de este XX) donde la caricatura dio un salto cualitativo mediante la utilización de cierta expresión mucho más simplificada en las páginas de la revista SIMPLICISSIMUS título que respondía precisamente a sus premisas. (…) Su fundador, Thomas Theodor Heine, nacido en 1867, tuvo mucho que ver con este renacimiento de la sátira gráfica en Alemania, durante la llamada época de oro de la caricatura, en tiempos del Emperador Guillermo II. (…) Es bueno señalar que SIMPLICISSIMUS en los momentos de firmarse el Pacto de Munich (1938), servía de modelo a la mayoría de los caricaturistas europeos de la época. Incluso, los artistas satíricos teutones fueron las primeras víctimas de la persecución de las tropas de asalto hitlerianas….) 
Seguidamente planteo en dicho análisis, que George Grosz, uno de los grandes maestros del expresionismo alemán, al igual que John Heartfield y T. Heine, autores de geniales fotomontajes antifascistas tuvieron que ir al exilio. Los tres formaron parte de la Exposición Internacional de la Caricatura y el Humor de Praga, en abril de 1934. Ellos continuaron publicando sus dibujos satíricos en la revista local SIMPLEX junto a los maestros checos del humorismo Frantisek Bidlo, Antonin Pelc y otros.
Admirable artista gráfico de gran talento y formación autodidacta, Bidlo fue también víctima del hostigamiento nazi y muere por su causa a fines de la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, Pelc se vio obligado a abandonar su patria a consecuencia de la barbarie de las tropas de ocupación del Tercer Reich. Primero en París y después en Estados Unidos revitalizó su campaña antifascista en la caricatura. 
“…Cientos de artistas satíricos del mundo entero se motivaron con la heroica lucha de los patriotas que en condiciones desventajosas casi siempre, se enfrentaron a las hordas nazis. El hecho de escoger unos pocos obedece a la circunstancia de ser los únicos que pudimos obtener sus respectivas fichas y reproducciones a cuarenta años de esos hechos…”
Recordemos que estamos en el 2015, así que agreguen tres décadas más. Pero continuemos:
“…En dicho artículo escogimos a varios caricaturistas que, dadas sus posiciones revolucionarias, estuvieron más cerca de las llamas de la guerra y las garras de la Gestapo, sin que esto desmerezca la labor ideológica desarrollada por otros muchos artistas igualmente progresistas como el inglés Low, el norteamericano William Gropper, el argentino Lino Palacios, o los cubanos Horacio, Adigio, David y Her Car, entre otros. (…) Otros dibujantes satíricos sufrieron en carne propia sus consecuencias. El excelente polaco Erick Lipinski fue encarcelado en el campo de concentración de Auschwitz en 1940, y el italiano Bruno Cánovas fue enviado a Sudetengebiet, mientras el comunista alemán Herbert Sandberg estuvo prisionero en Buchenwald. (…) Prácticamente la única forma de escapar a la persecución nazi era la emigración o el exilio. Refugiados fueron: El rumano Saul Steinberg en Estados Unidos, el húngaro Víctor Weiss (Vicky) en Inglaterra, y el búlgaro Boris Angeluschev (Fuck), quien primero emigró a Checoeslovaquia y posteriormente a Suiza...”
Para concluir recordemos que la Gran Guerra Patria se libró también por todo el pueblo soviético incluyendo soldados de la pluma y el pincel. Sería pues una imperdonable omisión no destacar aquí la obra de aquellos que tanto en las trincheras del arte combatiente como en las del frente, hicieron morder el polvo de la derrota a las tropas élites del ejército alemán y su ideología cavernaria. Entre ellos nombraremos al artista emérito Boris Efímov, al increíble trío de los Kukriniksy, al estilizado grafismo de Konstantin Rotov y la fuerza expresiva de Ganf, Lisogorsky o Eliséev…”
Estos pocos dibujos que publicamos entre millares que permanecen en archivos de la prensa o en manos de coleccionistas, no han perdido su vigencia a pesar de los años, pues el fascismo sigue al acecho y hay que permanecer alerta Con su talento creador y firmeza, estos veteranos del humorismo combatiente son fuente de optimismo e inspiración para el futuro.

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