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12 mar 2016

MI PERSONAJE INOLVIDABLE (2)



Nuestra última propuesta seriada del (27-2-2016) bajo el título de “Mi personaje inolvidable (1) tuvo una buena acogida de ustedes mis fieles vecinos, de ahí que en esta nueva oportunidad nos referiremos a un héroe de tal magnitud que nos limitaremos sólo a propiciar algunos datos significativos de su juventud.
Ya ustedes saben las reglas de este juego interactivo. Les ofreceremos sólo cinco apuntes de su trayectoria y a partir de entonces ustedes tendrán que identificar al protagonista. El resto de la información quedará fuera de competencia. Si están de acuerdo, aquí van los primeros datos de mi personaje inolvidable. 
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En 1947. 
 Como estudiante universitario con solo 21 años, ya demuestra su solidaridad latinoamericanista como presidente del Comité Pro–Democracia Dominicana frente a la dictadura trujillista y se ve involucrado de buena fe en una invasión armada organizada por falsos revolucionarios cubanos que se autotitulaban “auténticos” y conocida finalmente como la aventura de Cayo Confites.
Su temple quedó demostrado cuando ya a bordo del buque invasor en dirección a Quisqueya se descubre la traición gubernamental, y se lanza al mar a la altura de la bahía de Nipe, previendo cualquier represalia de los militares que habían preparado dicha farsa.
En 1948.
Fiel a su postura viril en la propia Universidad de la Habana, un año más tarde lo vemos organizando una Conferencia Estudiantil en el Continente Suramericano, paralela a la Cumbre de la OEA fijada para el mes de abril de 1948 en Bogotá.
Con ese fin en el primer trimestre del año viaja a Panamá y Venezuela rumbo a Colombia para consolidar posiciones y logra el apoyo tanto de los estudiantes que luchaban por la soberanía del istmo y la devolución del canal, como por la de los jóvenes venezolanos que apoyaban la política democrática del Presidente Rómulo Gallegos.
Llega a Bogotá en medio de una tensa campaña similar, pero en contra del abogado de profesión y dirigente demócrata Jorge Elicier Gaitán. El vil asesinato de dicho líder rebelde el 9 de abril de ese año, provoca un estallido de indignación popular de tal magnitud que pasó a la historia como “El bogotazo”. La pequeña delegación cubana se vio arrastrada por aquella marea de pueblo enardecido a causa del crimen, y aunque nunca se supo a ciencia cierta quienes eran los autores del atentado—si un complot de la CIA o un zarpazo de la oligarquía--lo cierto es que los jóvenes cubanos siempre estuvieron en la mira de las autoridades colombianas y pudieron salvar sus vidas milagrosamente.
En 1949.
Corría la primavera del año siguiente: Un grupo de marinos pertenecientes a las dotaciones de buques de guerra yanquis surtos en el puerto de La Habana, salen esa noche de pase y en medio de una orgía etílica protagonizan a todo lo largo del Prado espectáculos bochornosos que causaron el repudio de la población capitalina. En su delirio comienzan a treparse por el monumento a José Martí en el Parque Central bajo el abucheo de los presentes y en el colmo de la desvergüenza, uno de ellos sentado en los hombros del Apóstol descarga su asquerosa vejiga sobre el monumento. El hecho fue captado por un fotógrafo presente. El público enardecido ante tamaña ofensa cayó sobre el energúmeno a pedrada limpia y solo la oportuna llegada de la policía evitó que también corriera la sangre junto al vulgar orín extranjero.
En la edición matinal de siguiente día –12 de marzo de 1949—el diario ALERTA publicaba dicha foto, reproducida después por el periódico HOY.
La noticia corre de boca en boca. En la Universidad los estudiantes bajan frenéticos por la escalinata y colocan una ofrenda floral en desagravio al Maestro ante su estatua. A continuación marchan en protesta hacia la Embajada Estadounidense en la Avenida del Malecón habanero donde son brutalmente reprimidos.
Es de destacar que como desagravio, la Embajada de Estados Unidos redacta una nota diplomática en nombre de su gobierno, pero los culpables del delito jamás fueron molestados. En cambio, por nuestra parte la brutalidad servil del gobierno y sus autoridades, se hace patente con el repudio del pueblo y sobre todo de los estudiantes universitarios. Es aquí que surge de nuevo nuestro inolvidable personaje, quien como hombre de leyes se presenta para acusar formalmente al Gobierno Constitucional y al Ministro de Gobernación por abuso del poder y causar lesiones a quienes salieron en defensa de la dignidad nacional.
En 1950.
Por entonces ya Eduardo Chibás, un político relevante surgido de las filas estudiantiles durante las luchas contra Machado y miembro activo del Gobierno de los Cien Días, había sido el más firme apoyo del Presidente Grau en su primer mandato, (1944-1948), sin embargo la demagogia oficial, la corrupción administrativa y otras desvergüenzas que venían minando dichas filas, hizo que fundara su propio Partido del Pueblo Cubano (Ortoodoxo) en oposición a la línea oficialista.
Su consigna “Vergüenza contra dinero” estaba avalada por el emblema de “La escoba” para barrer todos los males de la República. Pronto aglutinó lo mejor de la ciudadanía y en especial a los jóvenes rebeldes ante tanta descomposición social.
En 1951 se adhiere a una denuncia pública contra el Ministro de Educación Aureliano Sánchez Arango, viejo camaján polítiquero, pero se trata de una trampa tendida por el propio gobierno auténtico en el poder para ponerlo en ridículo ante el pueblo. Y así el 5 de agosto de ese año y ante los micrófonos de la CMQ, donde hacía sus alegatos dominicales, el Dr. Chibás declara en forma solemne: ¡Pueblo de Cuba… Levántate y anda…! ¡Despierta, este es mi último aldabonazo…! De inmediato se dispara un tiro y hay que trasladarlo urgentemente al hospital más cercano.
Entre los asistentes al estudio de la emisora esa noche, estaba también nuestro héroe, esta vez como simple dirigente juvenil del partido ortodoxo. Y fue uno de los que trasladaron en hombros el cuerpo de su líder al Centro Médico Quirúrgico de la Habana donde Chibás fallece once días después producto del disparo en la ingle, que se le complica provocándole la muerte.
El entierro fue la más extraordinaria manifestación de duelo popular registrada en nuestro país hasta entonces.
1952.
La desaparición física del líder indiscutible del pueblo cubano Eddy Chibás llenó de luto y angustia a nuestro pueblo; desánimo que fue aprovechado por el desgobierno auténtico de Carlos Prío, dando rienda suelta al enriquecimiento ilícito, la especulación sin freno y el desprestigio institucional, de ahí que nuestro personaje inolvidable surgiera una vez más, pero ahora como sagaz periodista y el más fiel exponente de la dignidad nacional con una serie de cinco reportajes donde denunciaba todas las artimañas del propio Presidente de la República, familiares y amigos.
Los trabajos fueron entregados al matutino ALERTA. De ellos, sólo tres pudieron salir a la luz entre enero y marzo pues una nueva tragedia se cernía sobre nuestro país: El artero madrugonazo de Fulgencio Batista el 10 de marzo de 1952. Precisamente el último reportaje de ALERTA contra el gobierno de Prío y sus compinches se publicó tres días antes del golpe.
La desmoralización generalizada por aquel desgobierno auténtico tomo por sorpresa al pueblo a quien de nuevo la desinformación mediática trató de confundir culpando al joven rebelde del traidor golpe anticonstitucional por denunciar los desmanes del régimen anterior y en consecuencia propiciar su caída. 
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Como habrán podido adivinar hasta aquí, mi personaje inolvidable no es otro que nuestro invicto Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, digno representante de la Generación del Centenario, quien este año al arribar a su 90 Aniversario continúa siendo paradigma de la juventud cubana y esperanza del mundo para futuras generaciones.Curiosamente los hechos descritos en este trabajo desde 1947 hasta el golpe de estado de 1952 transcurren en aproximadamente cinco años y varios meses…Prácticamente el mismo lapso que va desde el Ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de de 1953 y el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959, descrito por el propio Fidel como…CINCO AÑOS, CINCO MESES Y CINCO DÍAS. Como colofón a este trabajo ofrecemos una copia de la portada al folleto que realizamos junto con mi hijo Francisco P. Blanco Hernández para la Editorial Pablo de la Torriente en el 2007 y que para sorpresa nuestra tuvo gran demanda--incluso como apoyatura gráfica—para alumnos de primaria y público en general.

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